miércoles, 19 de marzo de 2008

Rumbo a la Sierra de Gata


En apenas una hora partiré a Descargamaría. Estaré hasta el domingo o quién sabe. Van a ser cinco días sin ninguna obligación, ni compromisos, ni estrictos horarios. A disfrutar, que me lo merezco. A mi regreso, volaremos hasta Pekín o Pristina, ya veremos dónde nos conduce Willy Fog.
Disfruten de las vacaciones.

lunes, 17 de marzo de 2008

"Físico o química"


Anoche asistí perplejo al devenir de una nueva serie (un mes de vida), pues pude comprobar que es muy cierto aquel dicho acerca de que “la ficción supera a la realidad”. Asistí atónito ante un espectáculo pernicioso y lamentable, totalmente fuera de lugar y de contexto. Anoche asistí, con un pase VIP en toda regla, a la proyección de un sub-documental surrealista y peligroso (reflexiono sobre si sus creadores encajarían en algún tipo penal; delito contra la salud pública o delito contra la integridad moral, verbi gratia).

“Física o química”, para quienes no tuvisteis la “suerte” de chocaros con ella, es una serie de televisión que gira en torno a las vivencias de un grupo de profesores noveles y sus queridos alevines en un colegio de secundaria, desarrollando su trama, fundamentalmente, en dos aspectos capitales: las drogas y el sexo. Bochornoso.


“Física o química” no debería rotular el título de esta espada de Damocles, más encajarían los sustantivos escogidos para iniciar este post, pues son diáfano reflejo de sus pilares.

“Físico” es lo que prima en el ilustre Colegio Zurbarán. Todo gira en torno al sexo, dando igual si las relaciones son entre profesores o éstos y los alumnos. Es legal el “todo vale”.


“Química”, creo que he descifrado completamente lo que los guionistas esconden bajo esta denominación, hace referencia a las drogas que estos modélicos alumnos de secundaria (recuerdo, 15 y 16 años) consumen habitualmente y con total naturalidad. Estupefacientes como el hachís o la marihuana se hallan a la orden del día, pero es que la cocaína, por lo que pude comprobar ayer, también supone un fichaje estrella en sus vidas.

Dudo ampliamente del beneficio de esta serie para los adolescentes de hoy, pues creo que los medios de comunicación ejercen una gran influencia sobre la juventud, especialmente en aspectos tan sensibles como éstos. Además, esta ficción se sitúa, desde mi punto de vista apoyado en la experiencia de docentes, muy por encima de lo que a diario sucede en colegios o institutos.


La visión que esta proyección hace del mundo de la docencia no consigue más que desprestigiar a tan importante sector, fundamental en el futuro de un país. Y el punto de vista que ofrecen a sus espectadores (mayoritariamente jóvenes) únicamente consigue que piensen que lo que encierra a las cuatro paredes de ese centro se amolda a la realidad de otros lugares, pudiendo suponer un ejemplo a seguir. La oscuridad de ese ejemplo se multiplica si observamos que los receptores son adolescentes quinceañeros fácilmente influenciables y en proceso absoluto de formación.


Si éstos son los valores que queremos inculcar a los jóvenes (espero que AMPAS protesten enérgicamente contra la emisión de más capítulos, si les da por hacer algo), como diría Groucho Marx: “parad el mundo que me bajo”. En fin, me voy a un oasis donde, en vez de esnifar polvos blancos, se den charlas sobre las consecuencias del consumo de drogas; en vez de fomentar el no uso de anticonceptivos, asistan a cursos sobre la importancia de éstos.

Vehículo de opinión

Todo lo que somos es el resultado de todo aquello que hemos pensado. Pero, en ocasiones, es necesario plasmar ciertas experiencias y pensamientos para una exhaustiva opinión fundada respecto a cualquier aspecto cotidiano o no tan cotidiano.

Por ello nace este lugar de encuentros, de relatos, de misivas perdidas, de injusticias y, en definitiva, de todo aquello sobre lo que se pueda escribir.

Supone un reto para mí esta nueva aventura, la cual deseo que sea fructífera y constante. Tenía desde hace algún tiempo ansias por expresar, manifestar o escribir, constituyendo este blog el medio idóneo. Expresarme de cara al mundo.

Pienso que la perfección de un pensamiento o una idea se alcanza moldeándola por escrito. Es el momento.